Por la mañana me levanto temprano, para estudiar, pero mi cabeza no quiere centrarse y piensa cosas que debería haber dejado de lado hace tiempo. Y yo quiero estudiar, pero se me hace difícil concentrarme con tanto que ha pasado y lo que pudo pasar, pero no fue.
Y quien sabe, quizás fue culpa mía el no poder ir, pero el caso es que no puedo dejar de pensarlo. Es algo que asalta mi cabeza mañana tras mañana. Esa sensación de que ahora mismo pude haberme levantado a su lado, haber estudiado con ella y, en definitiva, poder estar todo el día junto a ella. Para mí, eso hubiera sido la mejor de las motivaciones, pero en vez de darme esa motivación, lo que me han dado es un peso, una carga y un pensamiento...
"Yo ahora podría estar allí".
Muchos me dicen que no pasa nada, que ya habrá tiempo para estar con ella, pero es que siento que tengo que aprovechar cada oportunidad que me den para pasar tiempo a su lado, porque nunca se sabe lo que puede pasar en un futuro y creedme, esta vez estuve tan cerca de poder ir. Solo necesitaba un "Sí". Sin embargo, la respuesta fue "no", y eso fue como si te golpearan a mano abierta en la cara. Y aun tengo la marca de esa mano.
¿Lo peor? Que todo esto no se me pasará hasta que no la vuelva a ver y pueda estar con ella un tiempo, porque es todo lo que necesito y necesitaré para poder estar bien de nuevo y no comerme la cabeza cada vez que me levanto cada mañana de mi cama. De mi solitaria y fría cama.
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